Capítulo - 15 "PRIMERAS MANIOBRAS"
Tocaba madrugar, a las seis de la mañana teníamos que estar ya uniformados y con todo el material listo en el patio de armas. Los camiones ya nos estaban esperando, tanto los que nos llevarian a nosotros, como los que transportarían el material y los que llevaban todo el tema de cocina con la comida. Mientras cargábamos las mochilas en un camión, alguien me dió una palmada por detrás. Era Jose, mi amigo de Badalona, hacía ya muchos días que no coincidíamos. Iba a ser uno de los camioneros que nos acompañaría en las maniobras. - Me alegro mucho de verte, y de que nos acompañes. - Le dije sonriendo. - Pues yo también me alegro de verte, pero hubiera preferido quedarme. - Me contestó. -Aún no había amanecido cuando nos pusimos en marcha. Eran mas de dos horas de viaje en camión militar, y si os soy sincero, es incomodísimo. No puedes apoyar bien la espalda, te clavas las barras laterales del camión, además, tienes que llevar sujeto tu inseparable cetme. Solo nos quedaba la opción de apoyarnos entre nosotros para poder echar una cabezadita, pero estábamos tan apretados unos a otros que resultaba imposible. Dicen que estan preparados los camiones de esa manera, para que te mantengas siempre en alerta y no te relajes en ningún momento. Y si a todo eso le sumamos los botes que va dando constantemente por los baches, sobre todo, cuando entras por caminos de tierra, estás deseando llegar.Desayunámos nada mas llegar, montamos el campamento y nos dividieron en grupos de tres. A mi me tocó con Prunera y Perez Bernal, no fué casualidad que nos tocara juntos, es que iba por orden alfabético, aunque el último de la lista era un vasco llamado Uncilla, (que además era pernocta y no solía dormir en el cuartel, pero cuando se quedaba, dormía en la litera debajo de mi) pero lo colocaron con los dos primeros de la lista. Me hizo un favor el sargento porque los tres nos llevábamos muy bien.Nos pegamos unas palizas bastante grandes. Pateada arriba, pateada para abajo; de un lado para otro haciendo cosas: rapel, trepa, tirolina... Ésta última era la más divertida, tenías que descender deslizándote por dos cuerdas paralelas, por una ladera, sujetadas por un extremo de un árbol a otro, al final de la ladera. Lo más complicado de todo el ejercicio era la frenada, ya que si no lo hacías correctamente te podías dar de morros contra el árbol. Menos mal que abajo teníamos siempre dos o tres compañeros estirando de la cuerdas de seguridad, pero aún así hubo mas de uno que acababa abrazando al árbol sin mayores consecuencias. La verdad es que no era complicado frenar, todo dependía de como te hubieras puesto el cordaje de sujección, si te sobraba cuerda por arriba, del arnés que nos colocábamos en el pecho, y las cuerdas paralelas te quedaban por encima de la cabeza, solo tenías que juntarlas hacia el centro, con mayor o menor fuerza,para conseguir frenar. El problema venía cuando el cordaje del arnés te lo dejabas muy corto y las paralelas te quedaban por debajo de la cabeza, entonces tenías que ir con cuidado y no frenar muy fuerte porque te podía rozar una de las cuerdas el cuello o la cara. Desgraciadamente, yo fuí uno de los que llevó una pequeña marca de rozadura en la parte derecha del cuello. La próxima vez me ajustaré mejor el cordaje........
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